En la década de los 90s era fanático de Nokia. Una compañía innovadora que tiene parte de la responsabilidad en que hoy la telefonía móvil (o celular) sea la forma de comunicación más popular en el mundo, cambiando nuestros hábitos al punto de modificar la forma en que la sociedad contemporanea se comporta. En épocas donde el desarrollo de software en dispositivos pequeños era una tarea titánica, supieron compensarlo con innovación en el dispositivo en si mismo, en el hardware.
Pero los tiempos han cambiado, radicalmente. El “achicamiento” de casi cualquier dispositivo tecnológico permitía que se pueda instalar un sistema operativo completo en un aparato del tamaño de un móvil. Varias compañías lo intentaron con poco o mucho éxito.
En 2005 Nokia anuncia el N95, su gran propuesta de lo que ellos consideraban que debía ser un smartphone, el cual empezó a comercializarse en 2006. Independientemente de sus ventas es el inicio de una espiral de decadencia que continua hasta estos días y que no ha dejado de acelerarse. Con un teclado físico desplegable de 12 botones (como cualquier otro teléfono normal), una pantalla no táctil, un sistema operativo capaz de comerse la batería en cinco horas, botones dedicados multimedia que parecían más decorativos que útiles, un proceso extremadamente difícil para la obtención e instalación de aplicaciones y un GPS que tardaba entre cinco y diez minutos en posicionarte, el N95 fue un ejemplo de lo mal enfocados que estaban la empresa.
Nokia no entendió que los tiempos cambian, que el hardware perdía importancia y los dispositivos por si mismos no se venden a menos que le den soluciones a las personas por medio de usos extensibles por medio de aplicaciones. La salida del iPhone simplemente hizo que la herida sangrara más: pantalla táctil de 3,5 pulgadas (9 centímetros) táctil con un enfoque total a lo que sucede dentro de esta, al software.
Captura de pantalla de la Wikipedia con todas las series y modelos de teléfonos de Nokia
La salida del App Store simplemente confirmaba el cambio de mentalidad de los consumidores. Los teléfonos dejaban de ser tal cosa para convertirse en una plataforma móvil donde uno puede hacer ciertas cosas dependiendo de las aplicaciones que se instalen. Mientras tanto, Nokia continuó una estrategia de enfoque en hardware manteniendo una línea inmensa y complicada de aparatos los cuales se adaptan para ciertas condiciones. ¿Quieres trabajar? Necesitas la Serie E. ¿Quieres entretenimiento? Te conviene la Serie N. ¿Quieres escuchar música? Es mejor la Serie X, que tiene “botones dedicados” para ello. Casi que no es necesario mencionar la fallida estrategia N-Gage, que era otro teléfono dedicado para los juegos.Un ex-desarrollador de Nokia comentaba alguna vez que para la compañía el software es “una característica más”, al igual que cierto grupo de botones o el tamaño de la pantalla o la forma del dispositivo. Es por eso que en épocas recientes de la compañía han tenido cuatro sistemas operativos en desarrollo paralelo: S40 (ISA), S60 (Symbian), MeeGo y Windows Phone.
Nokia tardó cuatro años y medio en anunciar un teléfono que realmente puede llegar a ser competencia digna de un iPhone o cualquier teléfono con Android, el N9, una belleza de dispositivo que recuerda a las mejores épocas de la compañía, cuando se arriesgaban y proponían. Una superficie curva ausente de cualquier botón físico mostrando las capacidades de MeeGo. Un teléfono que nació muerto porque con el anuncio del acuerdo con Microsoft, el desarrollo activo de esta plataforma ha cesado, además se anunció que el teléfono no se comercializará en Estados Unidos o Reino Unido. Al enviar mensajes mezclados sobre la plataforma a la cual apuesta para el desarrollo de sus smartphones, ponen piedras en el camino a los desarrolladores que no tienen claro para qué sistema operativo desarrollar y generan una tremenda desconfianza en justamente aquellos que se encargan de agregar valor a sus productos.
Pero la realidad es que Nokia nunca le ha tenido respeto a los desarrolladores, de hecho no entendieron realmente la importancia de la estrategia de las aplicaciones para extender los usos y darle más valor a las plataformas móviles. En una entrevista a Chris Weber, explica que el enfoque de iOS y Android en aplicaciones es “viejo”.
¿Qué harán para ofrecer valor a sus dispositivos con Windows Phone 7, especialmente por encima de otros competidores como HTC o LG que ya comercializan terminales con este sistema operativo desde hace casi un año está aún por verse. Nokia está en medio de una espiral de decadencia y no parece que haya forma de que salgan, a menos que tomen decisiones súmamente radicales y opuestas a todo lo que han estado haciendo en los últimos 15 años.
Nokia en una espiral de decadencia escrita en ALT1040 el 13 August, 2011 por Eduardo Arcos
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